
las palabras fingen ordenar
lo que el filósofo cree entender;
el desorden pretende plasmar,
y el artista quiere expresar.
Su esencia es transgredir
toda norma pautada;
liberar esa fuerza encarnada...
latir.
Latir
y en la continuidad
ser el quiebre, el clavo,
la piedra, la cadena rota,
el alambre de púa cortado,
las esposas abiertas,
la jaula sin puertas,
la esencia sin fuente,
el río que fluye,
el cuarto creciente
apuntando al Oriente;
el amante que instruye
y en su arte destruye
el fuste,
la impotencia,
la soberbia,
la violencia,
el odio;
poner en evidencia
la carencia.
Autoridad suprema.
El caos es para pocos,
aunque muchos
vivan
creyendo que dominan.
Pasan por cuerdos
y son indignos locos
poderosos,
y siguen...
* publicada en MP. 29/04/09, 299 lectores, 27 comentarios
1 comentario:
hace tiempo que busco el caos y no lo puedo encontrar...
pueda ser que después de leer este caótico malestar del alma de señales de vida, el poema duele, querida amiga ¿donde estas? contestame al privado
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