Vuelvo a las tardes.
A las fugas quebradas en minutos.
A las palomas rodeando las copas de los pinos.
A tus ojos de océano
y a tus besos de niña.
Y en estas pinceladas
tejidas en un manto de nostalgia
entretejo añorando
los sinónimos que avivan nuestras vidas.
La llamarada canta
-con su muro de sombras fugitivas-
ese rito de amor
que explica sin vocablos
la razón de la vida.
2 comentarios:
Bellísimos cada uno de tus poemas!
=) HUMO
Hola, saludos, gracias, bienvenida al sitio.
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