lunes

Para matar...

Para matar el tiempo, uso, un cuchillo de ruidos y un mar de pensamientos sublimados.
Una hoja sin papel y unos dedos delgados.
Para matar el tiempo (que criminal transcurre) no existe más remedio que matarlo
o de muerte te aburre.

El tiempo no se muere, no se muere ni en horas...
Su corazón de fuente llena las mares todas.
Las llena de latidos, de miradas censoras,
que sobreviven solas, con sus hambrientas sombras.

Para matar el tiempo
¡Oh ilusión ilusoria!
No existe aún remedio:
Siempre se vuelve historia.

¡Calla!
El guardián de los minutos en silencio se asoma con pasos de silencios
sus silencios retoma...
Silencios tan hondos en donde el eco de todo no alcanza a volverse suspiro
silencio donde sólo habita el inescrutable espacio:
la mente loca
la mente loca...

2 comentarios:

Céu dijo...

Ahora me voy a capturarlo
al señor de los tiempos,
lo cazo con mi lengua húmeda
y le obligo a arrodillarse,
le exijo un buen trago
(como los tiempos que corren son duros)
me conformo con un cuba libre,
el ron trucho por supuesto,
y entonces, al señor...
lo encapsulo.

te mando un beso gigante, se me acaba de ocurrir un idea, pero otras tareas me llaman,

y si no me apuro, lo prometido
virará deuda, y eso, ay querido mEL,
ESO NO SE ACUMULA,
así es que muy buenas noches, mañana voy a dedicarme a leerte,
C.

Eduardo Roberto dijo...

me asombra su versatilidad. Eres un poeta inquieto, que me inquieta, un abrazo

No copie, use la imaginación...

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