Como el ave
remontaba el cielo;
incansable.
Eran sus plumas
la piel del viento
la carrera loca del verso:
escribía poesías en mi cuello.
Sus alas plumosas
mi alero.
Como el ave
se desprendió en colgajos
desde mi arcilla seca.
Fueron las guerras
que la alejaron de mi paz,
mi incertidumbre,
mi abulia encanecida,
mi vuelo ciego
hacia el fuego frío.
Como aves
mudan de nido las esperas,
impacientes, estériles.
Así perdimos el horizonte
y extraviamos los sentidos
hasta ser pájaros
en desconcierto,
mudos,
idos.
Y caímos.
6 comentarios:
Qué hermoso.
Me gustó este poema. Volveré por aquí.
Un abrazo
querido Daniel, cuántos sentidos los de tus versos. Me alegra verte por aquí de nuevo.
Abrazos,
C.
Muchas gracias Juan Manuel.
Carlos; gracias; vuelve cuando quieras, será grato tu paso.
Un abrazo.
Gracias Céu, nunca me fui, siempre estoy rondando tu esquina...espiándote.
Mi abrazo.
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