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Levantar huesos desde el excremento,
estructuras de un cuerpo yacente
fingido y olvidado,
muerto y desarmado.
Intentar marcar sus partes
para armar el esqueleto de ese sujeto
quizás arrojado por descuido
a los monstruosos olvidos
entre las lombrices
habitantes de su médula;
corrompida, antisocial,
desamorada.
Pudo haber sido un animal bípedo
de costumbres insignificantes,
prosapia de un homo erectus
moderno y reciclado
en plástico biodegradable,
de ahí el lugar donde lo encuentro;
metabolizado, excretado en formas disímiles
sobre el pasto quemado del tiempo.
Quizás murió de inanición
de amor ausente de maderos,
calcificado en huesos de piedra
escribiendo letras de poemas;
y aquí me encuentro
desde lo disímil a esta parte;
armar su currículum vitae ya muerto.
Ex profeso: su excremento.
3 comentarios:
los restos del hombre muestran que trascienden mas allá de la existencia material,su fuerza vital llama la atención del pasante y este se detiene a recoger la vida que fue
Uff, qué análisis estimada abuela. Me asusta razonar tanto.
Gracias por tus palabras. Un abrazo.
El microscopio los científicos suelen encontrar elementos vitales en su contenido. Algún día le darán a alguien un Nobel por sus hallazgos. Es la moda.
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